
Diez direcciones diferentes,
trazan un mismo camino.
Todo comienza con una,
una semilla de esperanza
dentro de la más espesa oscuridad.
Luego de esperar
el retorno de las aves,
la luz y el calor
de esa semilla se elevan
intentando acariciar los dedos del sol.
Bailas cuando el aire te lo pide,
Soportas el llanto amargo de la noche
cuando el cielo no aguanta mas la injusticia humana.
Ves la historia sin juzgarla;
no eres indiferente, tan solo sabio.
Conoces lo que fue
y no te apuras por lo que vendrá.
Te quedas en el mismo lugar,
arrojando cartas al viento cada otoño;
me das las flores del amor en la primavera;
y en invierno me enseñas a ser fuerte.
Ahí estás tú amigo mío.
Ahí estás tú mi querido árbol,
parado al lado del agua.
Filósofo natural,
monje reflexivo,
para siempre árbol mío.
Rodrigo Taboada-Vaca
Noticias Mi Ciudad