Dicen por allí, con testigos como el día. Caricias con ternura, del Padre y su realeza.
Mira y sonríe ante mi maravilla escondida. Es simple y profunda esa necesidad del alma.
¡Sí! Se nota en todo el cuerpo y corre con color entre árboles y riachuelos.
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Dibujo: Freepik
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