Las letras nos enderezan, nos arreglan el cerebro y el cuerpo. Estas nos enseñan EMUNÁ ( alabra hebrea normalmente traducida como FE, pero no la FE que nos han enseñado siempre.
Emuná significa ver más allá de la razón. Trascender para observar y conocer la verdad, la firmeza, la fidelidad.
La emuná nos conecta con nuestra esencia, el Ser, nos va mostrando el camino y nos pone situaciones que prueban esa verdad.
Emuná viene de la raíz «Amén» (א – מ – ן). De hecho, si observamos las siguientes palabras hebreas, podemos notar que todas contienen la raíz (א – מ – ן) en su composición:
- Leha’amín (לְהַאֲמִין): creer, confiar
- Lehit’amén (לְהִתְאַמֵּן): entrenar, practicar
Así como el artesano/artista, que trabaja y pule sus creaciones, así mismo consiste nuestra labor con la emuná.
La emuná se entrena para ser parte natural de la vida. Es aceptar que todo proviene de una Fuente y que debemos estar agradecidos, entendamos o no.
La emuná es el entrenamiento espiritual que nos acerca al estado original de la consciencia dando balance a todo. Es hacer brillar el alma.
La emuná ayuda a desarrollar todas las potencialidades del ser humano, eso es educación.
La solución es SIMPLICIDAD cuando dependemos completamente de un Creador que conoce cada código, y por lo tanto, nos da seguridad de estar en buenísimas manos.
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Dibujo: Freepik
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