Pasó el tiempo, con su rol gerencial y con autoridad un poco exagerada, pero al final, su jefatura dominó mi fuerza.
Creí poder controlar todo con la influencia de mi existencia, pero llegué a la ansiedad por culpa del “director tiempo”.
Abrí camino a los agentes exóticos que encontraron excelente refugio en un cuerpo inocuo, quien solo ansiaba ser útil para el mundo.
Estos malhechores desbalancearon completamente el sistema, esparciéndose poco a poco hasta convertirse en una señal agobiante e inusitada…
Agoté mi cabeza, ejercitando los músculos para encontrar las respuestas…pero con una salida definitiva.
Escarbé en los más diminutos y extensos espacios con la esperanza de hallar mi deseo.
Las resoluciones no fueron suficientes, ni llegaron al mínimo de la colaboración…
El proceso fue puntual y firme: un proyecto de vida que saturara el interior con completa ternura.
Eso era y es todo, tan despejado como el firmamento, tan puro como Él…de quien mana la vida.
Christy Petri (Quesada Segura)